La llegada de David Villa a la MLS ha supuesto una pequeña revolución, un impulso respaldado por las buenas actuaciones del asturiano en sus primeros partidos en tierras estadounidenses. El punta ha callado las bocas de aquellos que le daban por retirado otorgando argumentos favorables a sus defensores.
Ejemplares de estos últimos los hay alrededor del globo, incluso en el extremo opuesto y dentro de la misma profesión. De hecho, y paralelamente al éxito del 'Guaje', ha transcurrido el de uno de sus admiradores. Un logro menor a ojos del sistema global pero que no lo es tanto en uno de los países más poblados del mundo, donde el fútbol está casi postergado.
Ese fan en cuestión se llama Sunil Chhetri y poco se sabe de él pese a que tiene un currículum profesional jalonado de hitos a nivel nacional. Quien un día mostró su deseo de jugar al lado del 'siete' de España es el máximo anotador del combinado indio, registro al que sumó dos dianas definitivas en la eliminatoria ante Nepal que inicia el largo camino hacia la Copa del Mundo de Rusia.
Un doblete importante para sus compatriotas pero doloroso en casa. Nacido en el seno de una familia de origen nepalí, su madre y su hermana saben lo que es ser internacionales con dicho combinado. Eso explicaría que el atacante decidiera ganarse la vida en el gremio de los goleadores pese a nacer en una ciudad y en un subcontinente donde las porterías conocidas son las de hockey.
A sus treinta años, y desde su escaso 1.70 de estatura, Chhetri puede presumir de haber vivido muchas más experiencias que la mayoría de sus compatriotas. Tanto que estuvo incluso cerca de jugar en el Celtic y en el Queen's Park Rangers, oportunidad esta que se esfumó por los problemas con el permiso de trabajo.
Eran los momentos de gloria donde se pensaba más en abrir mercados que en alzar trofeos. Era la esperanza más firme en la zona para llegar a una gran liga. El sueño se quedó a medio camino pero al menos fue capaz de cumplir su aspiración de salir fuera del continente siguiendo la senda de un par de pioneros que lo habían hecho con anterioridad.
Su destino fue el Kansas City Wizards, donde apenas tuvo minutos. Lo mismo le sucedería después cuando le llamó a filas el filial del Sporting de Portugal después de que su nombre sonara para otros clubes en tierras lusas. No hubo una tercera oportunidad y decidió refugiarse en casa y hacerse adalid del fútbol más puro.
Tanto que, en el combate que mantienen la Indian Super-League que financia la iniciativa privada y la I-League que controla la Federación ha decidido decantarse por la segunda. De esta manera ha renunciado a compartir duelos con algunos nombres de gran calado internacional para capitanear al Bengaluru, algo de lo que se muestra orgulloso en su perfil de Twitter.
Chhetri difícilmente llegará a disputar algún día la Copa del Mundo o a marcar tantos asistido por su ídolo. Tampoco parece que vaya a llegar ya a un campeonato relevante. Incluso es difícil que vea el apogeo del fútbol en su patria. Le quedarán eso sí tardes de gloria como la del combinado nepalí o los reconocimientos individuales. En un lugar donde el balón no rueda, podrá al menos decir orgulloso que el puso su grano de arena para que la situación cambie.
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