lunes, 9 de marzo de 2015

La cabra sagrada


En todo club hay signos inviolables. En algunos es el escudo, en otros el himno, hay quien nunca permitiría un cambio de estadio o quien devolvería su carnet de socio en caso de que su entidad fichara jugadores de origen extranjero. En Colonia ese elemento inamovible, casi sagrado, es la mascota.

Tanto es así que el nigeriano Anthony Ujah se ha visto impulsado a pedir perdón después de dejar una de las imágenes del fin de semana cuando, en pleno arrebato posterior al gol, acudió raudo y veloz a la esquina donde se encontraba el sempiterno macho cabrío para tirarle de los cuernos. Incluso, en su arrepentimiento, ha asegurado que se trata de su mejor amigo.

No hacerlo habría supuesto un claro menoscabo a su popularidad teniendo en cuenta que Hennes no es un elemento más del folcrore y la decoración. Forma parte del emblema, sigue los partidos en el estadio desde primera fila y representa la tradición futbolística en tiempos donde el deporte está cada vez más globalizado.

De hecho, la actual cabra es la octava de la dinastía y lleva en el cargo desde el año 2008. Solo cuando la que le precede puede dejar de ejercer sus funciones cede el testigo a su heredera. Así desde que en el año 1950 un artista del circo comarcal se la regalara al equipo y este decidiera bautizarla en honor al técnico Hennes Weisweller.

Aquella cabra primigenia fue disecada y expuesta durante un tiempo en el museo del club. No le fueron mejor las cosas a la segunda de la lista, supuestamente envenenada por los aficionados del Borussia de Monechengladbach. Un final poco agradable tuvo también la cuarta, aquella que vivió los años dorados del club y falleció en acto de servicio por un ataque al corazón en un duelo frente al Bayern. La sexta y la séptima, por su parte, fueron sacrificadas.

Resulta imposible saber cómo acabará la actual pero lo importante, más allá de la protagonista en cuestión, es lo que la rodea. Un aroma a deporte clásico, a las herencias recibidas, al amor de una afición. Un relato transmitido de padres a hijos, entre cuidadores, entre establos; de esos que dan sentido al fútbol.

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