Encuadrada en el grupo de la muerte, Guinea Conakry ha resistido con éxito el primero de sus partidos en la Copa África arañando un empate a uno contra Costa de Marfil gracias a un tanto de Mohammed Yattara, El delantero es ahora el heredero del acierto nacional que antaño representaba Pascal Feindouno, quien ocupa un lugar entre los máximos goleadores de la historia del torneo.
El atacante ya no representa a su selección, de la que un día fue capitán y a cuyo brazalete renunció después de una polémica con la federación. Una lástima teniendo en cuenta que en el campeonato continental daba siempre lo mejor de sí y que sus actuaciones en la cita nunca pasaron desapercibidas, especialmente en el 2006.
Por aquel entonces tenía veinticinco años y militaba en el Saint-Étienne, su tercer equipo en tierras francesas tras llegar al país de la mano del Girondins de Burdeos y pasar una temporada a préstamo en el Lorient. Antes se había formado en su Guinea natal gracias al Club Industriel de Kamsar primero y al Hirondelles después.
Aquellas temporadas en Francia fueron las mejores de su carrera y pudo incluso prolongarlas si no fuera porque, al igual que tantos otros, optó por el dinero cuando se encontraba en el solomillo de su trayectoria y varias entidades europeas se rifaban sus servicios. Solo así se explica un peregrinar por Oriente Medio que comenzó en el Al-Sadd catarí y continuó con dos cesiones en el Al-Rayyan y en el Al-Nasr saudí.
Acabó quedando libre y fue entonces cuando decidió reclutarle unos meses el Mónaco después de haber pasado también pruebas con el Celtic y el Wigan. Fue una estancia breve que terminó cuando el club del Principado acabó descendiendo a la categoría de plata. No le iría mucho mejor en su siguiente destino ya que el Sion suizo acabaría recibiendo una sanción de treinta y seis puntos que le animó a salir de allí.
En su huida le dio cobijo el Elazigspor turco, paso previo al regreso a su nación para disputar algunos encuentros con el AS Kaloum en lo que le llegaban ofertas del Viejo Continente. Tuvo suerte y recibió una del Lausanne. Sin embargo unos problemas cardíacos y la alarma que se generó en torno a ellos sembraron la sombra de la duda en aquellos equipos que se plantearon contratarle después. Por ello sigue buscando una nueva oportunidad.
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