viernes, 1 de abril de 2011

Nombres del fútbol: Steponas Darius y Stasys Girenas

El pasado martes estaba llamado a ser un gran día para el recuerdo de dos hombres: Steponas Darius y Stasys Girenas. Sin embargo, al final muy poco o nada se habló de ellos. Y casi mejor, pues asociar su nombre al sembrado en el que España tuvo que jugar contra Lituania probablemente les habría hecho revolverse en su tumba.

Al final el estadio de Kaunas fue poco originalmente bautizado como el "Arenas de Kaunas" o como el "Patatal de Kaunas" y contentos casi todos con aquella denominación, se pasó de puntillas por el nombre real. Un destino cruel para los dos protagonistas de hoy, que podrían haber vuelto a tener su pequeño minuto de gloria en alguna crónica gracias a la visita de la selección campeona del mundo.

Un servidor se ha propuesto solucionar esa pequeña injusticia y darles el modesto protagonismo que se hubieran merecido en condiciones normales. Modesto fuera de Lituania pues en su tierra su figura es tan importante que ambos salen en los billetes de 10 Litas, seguramente los más usados en el país.

Nacidos ambos bajo los dominios del Imperio Ruso, Girenas tres años antes que Darius, sus vidas tuvieron ciertos paralelismos desde el inicio. De jóvenes emigraron, cada uno por su lado, a Estados Unidos y allí prosperaron sus vidas hasta que, en 1917, ambos se alistaron en el ejército, Darius como telefonista y Girenas como mecánico. El caso es que sus vidas tomaron a posteriori, por un tiempo, rumbos diferentes.

El segundo se convirtió en taxista hasta que se sacó el título de piloto y se compró un avión en 1925. La vida del primero fue parecida en algunos casos pero muy diferentes en otros y desde luego, como ahora veréis, más interesante para el tema que nos ocupa.

Darius regresó a Lituania, se enroló en la armada nacional, y al igual que Girenas obtuvo el título de aviador. Sin embargo su estancia en el país hasta su regreso a Estados Unidos fue más que productiva. Mientras desempeñaba sus labores en el ejército se encargó de dar un gran impulso al deporte en su patria.

Comenzó la construcción del estadio que lleva su nombre y el de Girenas y, lo que fue más importante, fue el principal introductor del baloncesto, a día de hoy el deporte más popular entre sus compatriotas. Importándolo de Estados Unidos al igual que el menos relevante béisbol; sus folletos sobre ambas prácticas, su puesto como presidente de la Unión de Educación Física y su magazine "Sporto Zurnalas" le convirtieron en el pionero del deporte de masas lituano.

Tras dejar esta impronta regresó a Estados Unidos para trabajar como aviador civil en Chicago, actividad a la que se había dedicado en la misma ciudad Girenas. Su pasión por surcar los cielos les unió y emulando a Linbergh y también a Nungesser (nuestro protagonista de la semana pasada) intentaron, más tarde que ellos (1933), surcar el Atlántico desde Nueva York a Lituania en el avión bautizado como Lituanica.

El viaje comenzó bien y cruzaron el océano en 37 horas y once minutos, pero finalmente cerca de la localidad alemana de Soldin, el mal tiempo y los problemas técnicos propiciaron que ambos se estrellaran a falta de solo 650 kilómetros para su destino. Una hazaña inconclusa que les sirvió para ganarse el corazón de sus compatriotas.

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