miércoles, 20 de octubre de 2010

¿Qué ha sido de... Lee Chun Soo?

Hay ocasiones en las que, bien porque pertenecen a otra cultura, porque son muy exóticos o por su forma de hablar el idioma; aterrizan en nuestra liga jugadores a los que se les acaba cogiendo cariño como seres entrañables que fueron a dar con el lugar equvicado en busca de progresar futbolísticamente.

Lee Chun Soo es uno de ellos. Primer coreano en jugar en la liga española aterrizó en San Sebastián con su pelo teñido y una enorme sonrisa como una de las mayores promesas, si no la mayor, del fútbol asiático. Venía de haber sido una de las revelaciones en el Mundial con su selección y de dos temporadas buenas con el Ulsan Horang, bagaje suficiente para creer en su progreso.

Su paso por la ciudad easonense fue más bien testimonial a pesar de que todo el mundo seguía esperando de él las grandes cosas que nunca llegaron. Tras hacer mutis por el foro varios días con destino a su país el equipo Txuri Urdin decidió que lo mejor que podía hacer era desprenderse de él y lo mandó cedido al Numancia.

Allí aterrizó Lee como una cabra en un garaje. Un coreano jugando al fútbol en Soria no pegaba demasiado y el público y la directiva no tardaron mucho en darse cuenta de una situación semejante. Apenas jugó y a su regreso el conjunto vasco se quitó el muerto y lo traspasó de nuevo al Hyundai.

De vuelta a Corea demostró en dos años que no se le había olvidado jugar a la pelota y se convirtió en el mejor jugador de la competición doméstica, mérito que le valió para disputar el Mundial de Alemania y para que su nombre volviera a saltar a la palestra. Entre eso y lo siempre rentable que resulta para un equipo europeo importar a un jugador asiático carismático se ganó una nueva oportunidad en el Viejo Continente.

Se la dio el Feyeenord aunque fue efímera. En una temporada apenas rascó bola y vivió de su imagen, suficiente para vender camisetas en el lejano Oriente. Cuando en Holanda se cansaron se marchó primero cedido al Suwon Bluewings y luego vendido al Chunham Dragons. Con ellos firmó un contrato por el cual podría dejar el club por una oferta de más de 600.000 euros al año.

Entre el "bueno" de Lee y el Al-Nasr saudí se apañaron un documento falso para solucionar tal entuerto cuyo único castigo para el jugador fue la prohibición de jugar en su país sin permiso del Chunham. No le supuso ningún problema. Jugó su temporada para embolsarse los pretodólares pertinentes y a continuación se marchó a jugar al Omiya Ardija japonés, donde se desenvuelve en la actualidad.

1 comentario:

Futbólogos dijo...

Muy interesante Carlos.

Tenía buenas maneras. Algo similar que el caso de Yoshito Okubo en el Mallorca. Que por cierto fue protagonista en la salvación ese año, haciéndole un traje a Romero en la banda.

Un abrazo.

Ángel
Futbólogos.